Cuando se pierde la esencia humana

Cualquier clase de violencia
corresponde a que sea
aniquilada la sagrada paz.
Quienes violencia hayan de desplegar
siempre presumen ser,
¡carajo!, personas.
Pero en equivocación caer
porque, indudable cosa,
pasa es que renuncian a pertenecer
a la especie humana;
para entonces
transformarse en irracionales alimañas,
en lobos o chacales o coyotes.
Son, pues, diablos que de gente se disfrazan.
…La violencia hay que reprocharla
más por aquello que por el cliché apenas
de que “la violencia es tragedia
que violencia engendra”.