¡Qué conspiración contra Saturio!

Obsesionados los de Quibdó enemigos ‘blancos’
de Saturio en de cualquier manera liquidarlo,
cuadraron con unos amigos suyos –‘blancos’ y Negros-
que de mayo de 1907 el día primero
lo sonsacaran para que terminara emborrachado
con cerca de quince botellas de anisado.
Después los amigos enemigos le prendieron
candela a una casa de madera
cercana a la zona donde quedaban el comercio
y de los encopetados conspiradores las residencias.
Claro, no demorado apagaron el incendio
para que con severidad no trascendiera.
Pues a Manuel Saturio Valencia Mena lo acusaron
de a Quibdó querer chamuscarlo,
presentando en el juicio como evidencias
su billetera con sus documentos y su fina correa.
Les salió el montaje como bien lo planearon.
Quedó el dandi Saturio condenado a pena de muerte,
por “incendiario”, el 6 de mayo;
y su fusilamiento lo consumaron el día 7.

"¡Malparidos Negros hijueputas!"

En discurso, con su vehemencia peculiar,
proclamó el rebelde indomable Jorge Eliécer Gaitán:
“¡Malparidos Negros hijueputas!”. Palabras que
haciendo pausas las repitió en ocasiones tres.
Luego agregó: “Sabed que así es
como esa racista oligarquía comepueblo,
compatriotas, no deja de tratarlos para sus derechos,
que sagrados, pisotearlos;
porque a vosotros, de la sociedad,
los cree lo peor. Pero sepan, Negros berracos,
que con precisión es que no los suele considerar
seres humanos. ¡Pues a la carga, carajo! Hora
ya es de acabar esas ignominias, queridos hermanos;
y si piensan que lo impedirán, ¡mamola!”.
Recorderis de Gaitánen realidad no necesario,
porque sabemos hace marras que aquella oligarquía
–que lo asesinó- siempre ha odiado
a los Negros; que más por su cimarrona rebeldía
para hacer valer su bien merecida dignidad.
¡Gracias, Gaitán, de los oprimidos escudero colosal!

Negros y su “¡voy es por lo mío!”

Escuchando a Negros colombianos anunciando
con algarabía escandalosa ese “¡voy es por lo mío!”,
pensaba yo que andaban era insinuando
con creces asumir el esplendoroso compromiso
de ‘guerrear’, o laborar, siempre anhelando
el indispensable desarrollo social para sus comarcas.
Pero emprestico comprendí que por desgracia
con precisión aquel “¡voy por lo mío!” es
consigna con la que declaran querer
con gran agalluplé salir de pícaros o desplumar
el erario de pueblos Negros que,
sabido, permanecen sumergidos en la precariedad,
en la inopia. Como quien dice, pues,
“al caído, caerle para que se joda más y más”.
No es que la corrupción, como incluso hay
quienes con cizaña y saña lo pregonan,
sea “un crimen propio de personas Negras apenas”.
Claro, recalco que debe causar más congoja
esa ruinosa plaga social haberla
en parajes cualesquiera en los que predomina la miseria.

Bendición de Dios el mágico ¡señor viche!

Trapiche de Negros muele caña de azúcar cuya siembra

y cosecha se hacen según lunas. Endespués se deja
el zumo añejando, a veces hasta por meses,
acabando ya en como aguardiente.
¡Es el viche! Bebida ancestral de la que se puede
sacar el biche curao: aquel al que hierbas le añaden,
bejucos y raíces, semillas; y más cosas de la selva,
incluyendo algunos órganos de animales.
“Curao” es por no haber mal que no prevenga
ni cure del cuerpo; y por, más en hombres, él aumentar
el calor –arrechera- ¡para lo que sabemos pues, ajá!
También con base en el mágico viche se prepara
pipilongo, tomaseca, arrechón, tumbacatre,
caigamosjuntos, vinete, balsámica,
rompetoto y más bebidas medicinales
y afrodisiacas que siempre más poderosas son
cuando les adicionan chontaduro y borojó.
Son sabedoras personas Negras –que más hembras
que hombres- quienes con nombre cualquiera
hacen el biche, que ¡bendición de Dios es pa la Tierra!

Carnicería en Bellavista (Bojayá – Chocó)

Culpa mucha siempre de la guerrilla de las FARC
–como de los paracos, sanguinarios por igual-
aquella horrenda y jamás olvidable masacre
sucedida en Bellavista (Bojayá – Chocó,
mayo 2 de 2002). Pero sin duda que más le cabe
culpa al Gobierno de la época, que no impidió
esa más que sobreanunciada barbarie.
Con saldo de más de cien personas despedazadas
por bombas en cilindros, y misiles y balas.
Heridos y lisiados a granel, como mayor la miseria.
Quedó del poblado en esas horas de la desgracia,
amén de irremediables congojas, en pie apenas
esa ilusión de renacer en sí de la nada.
Renacer de los escombros, de las pavesas.
Incluso moribundo resultó el Cristo de la iglesia
Una semana después de la carnicería, hizo en el pueblo
presencia el Estado; saliendo,
como siempre, con unas disculpas chimbas
para su gran responsabilidad evadirla;
y con promesas de obras que ¡aún mamolas hoy día!

Por qué pereció “el Caballo” Junior Jein

Por equilibrio no impugno la posibilidad
de que a Junior Jein, el ingenioso “Caballo”,
unos malparidos sicarios lo hubieron de asesinar
por causas varias que han mencionado.
Pero me obsesiono pensando que, en realidad,
plomear al magno Negro “Cabaio” sucedió
porque con sus canciones pegajosas, ¡rebacanas!,
como de más maneras en la pampa, corajudo reclamó
derechos de las Comunidades Negrocolombianas;
anhelando de modo inaplazable para ellas,
para oprimidos cualesquiera
habidos por donde quiera en la Tierra,
equidad social; o la misma merecida y sagrada
condición de goce de la dignidad humana.
Proceder de humanismo que no ‘película’ que a él
por capricho le hubiera dado por ‘inventar’,
sino que bregar por eso siempre se debe hacer.
Haya ¡la recompensa! pal Junior Jein que, a pesar
de perecer su cuerpo, se ganó de sobra la ‘inmortalidad’.
¡Dale, “Caballo”; no dejés de ‘relinchá’ ni de galopá!

Comer Negros, ¡cuán enorme placer!

¡Cuán enorme placery sabrosura comer Negros!
Pues porque les hubo de parecer
necesario y bastante delicioso hacerlo,
numerosos ‘blancos’ ayer
en guarismo de millones se los ‘comieron’
cuando de sus comarcas originarias
los secuestraron a la violencia recurriendo;
o cuando los compraban o los canjeaban
para, enceguecidos por la codicia del dinero,
en condición de mercancías
movilizarlos en unos barcos que más en realidad eran
como necrópolis en el mar habidas;
para ya en tierra
–en especial en poblaciones americanas-
esclavizados, los tales ‘amos’
ponerlos a las bravas a laborar a pan y agua
y en general con los vejámenes más despiadados
–casi siempre a punta de latigazos-.
Todo por considerarlos carentes de alma.
Deshumanizados, pues.
O, según, “reses que hablaban”.
Por igual se los hubieron de ‘comer’
cuando muchos de sus culturales rasgos
los obligaron a olvidarlos
para, en cambio, imponerles los de ‘blancos’.
Se los ‘comieron’, además,
cuando de sus familias los separaban
para de melancolía más hacerlos penar;
sucediendo que también los diasporizaban
para que por compartir lenguas
–o idiomas- ya separados no se comprendieran
y así no pudieran rebeliones planear
en procura de escaparse
rumbo a la libertad.
Ni modo de no rememorarse
que hoy mismo hay
no escasos ‘blancos’ que prosiguen
‘comiendo’ Negros cuando los oprimen
sobre todo impulsados por el irracional racismo
sembrado en sus personalidades endemoniadas,
corroborando su malignismo
que los hace a personas Negras preñarlas
de las ignominias más ensañadas.
Pero en honor al equilibrio es
ineludible hacer saber que hay Negros que
a la par a Negros mismos se los ‘comen’,
que es cuando a ellos los joden
de cualquier manera;
que viene a ser como entre bomberos
haber de pisarse las mangueras,
pese a eso a menudo diciendo
que tal práctica no es más que un embuste,
manque las evidencias abunden.
Tal ‘canibalismo’ por quien sea hecho
y con quien sea consumado.
siempre hay que verlo
como un proceder por Belcebú inspirado;
cosa por la que no dejo,
asombrado, de indagar: ¿Por qué Dios
no impide que pase aquello,
siendo su Poder superior
al del aludido asqueroso Satanás
que no hace sino inculcar y desencadenar el mal?

¡Berracas Negras cimarronas!

Negras hubo que desarrollaron
numerosas bregas, con vehemencia y con gran ingenio,
para emanciparse cuando las esclavizaron.
También ayudaron aquellas a liberar a más Negros.
Como en el presente hay Negras que se la juegan
berracas por la reivindicación de sus derechos,
¡que en sí los de toda su Hermandad Negra!
Tales roles de Negras que en el pasado, como hoy pasa,
no siempre porque hombres Negros decidieran
en los aludidos procesos involucrarlas;
sino, por su original personalidad de ser hembras
con rebeldía en sus conciencias.
Pues guerreras cimarronas, que con violencia
ayer pero ahora no, con esa condición por querer propio;
arrimando el hombro en imprescindibles misiones
con el compromiso de apaciguar no escasos oprobios
hacia Negros por el racismo, y por más razones.
Espléndidas Negras que de alabanzas,
por sus puños bien arriba y sólidos como el roble,
¡sin nada de vacilación merecen ser preñadas!

Prohibiéndoles dormir a Negros esclavizados

Con una proporción descomunal desarrollaban
esclavizadores a menudo la malignidad.
Como cuando no dejaban que, ni al menos en chanza,
esclavizados durmieran. Todo por aquellos pensar
que ya dormidos los Negros oprimidos
podrían soñar, ¡solo soñar!, que ya eran manumisos;
que habían cogido el ambicionado camino
que los condujese a la realidad
de hallarse al margen de desalmados suplicios
que al lado de ‘amos’ los solían pasar.
Con ese impedirles no pegar los ojos corroboraron
esos endemoniados que a mala hora recalaron
en la Tierra para ser –¡pachucho!- salvajes
peores que hienas, que pirañas, que chacales,
o que caimanes muriendo de hambre.
Pero aun así esos monstruos presumían ser
integrantes de la especie humana,
cuando con precisión no eran sino una parranda de
nauseabundas alimañas
que canibalismo social –y físico- con saña consumaban.