¡Pues a la carga!
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acabar sus discursos acalorados siempre
con estas palabras:
“¡Pueblo, a la carga!”. Que aquellas fueren
convocando él, así, a encarar a los encopetados
u oligarcas opresores, con rebeldía
sin renunciar a la paz; pero muy cargados
de vehemencia y de valentía.
Pues ese gran “¡Pueblo, a la carga!”, ojalá,
sea poderosa inspiración o consigna
para “los de abajo” duro y parejo ‘guerrear’
por justicia social hoy aún muy esquiva.
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